
Mudanza
Soy demasiado verborrágico como para ajustar las reseñas a los 2200 caracteres que nos regala Instagram. A partir de ahora las reseñas de los libros que nos gustan y tenemos en Huella Botánica las voy a subir acá.
Durante los primeros dos mil tuve varios blogs, más o menos urticantes, donde publicaba poemas gastrointestinales, burradas sobre politiquería y relatos cortos (de vista). En este blog, en cambio, se trabaja: reseñas de los libros que me gustan, observaciones en torno a la escritura y los talleres que timoneo, y un diario bloguista adolescente que, lejos de adolecer, comparte la fluorescencia de lo sentido.
Ah, y lo que paga el armazón de mis anteojos: la venta de libros.
La idea nunca es vertical: comentarios, aversiones, las ganas de piropear o pegar el portazo: lo que sea, por el amor del cissus, déjenlo escrito. Solo así sabremos cuántxs somos lxs que leemos hasta lubricarnos las córneas con goteros; lxs que levantamos la cabeza del libro y, ante el ahogo, volvemos a bucear.
Por último, el bot de esta nueva casa me pregunta: «Si tu blog resulta ser un éxito a lo largo del próximo año, ¿qué objetivo te gustaría lograr?» Y sin pausa, entre hijo y pandemia, reacomodo: «Si tu próximo año resulta ser un éxito, ¿qué logro te gustaría bloggear?». Hacia ahí vamos.
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